Editorial: Lucas Martín
Para los próximos seis meses (julio-diciembre de 2025), la economía argentina probablemente se encontrará en una fase de recuperación gradual, aunque con persistentes desafíos. La inflación debería continuar desacelerándose, pero a un ritmo menor que en los primeros meses del año, y la actividad económica empezará a mostrar leves signos de repunte.
Inflación y Política Monetaria 📉
La desaceleración de la inflación será una tendencia clave, aunque su ritmo disminuirá. Después de una fuerte caída en la primera mitad de 2025, la inflación mensual se estabilizará en niveles más manejables, pero aún por encima de los objetivos de la mayoría de las economías desarrolladas. El Banco Central (BCRA) mantendrá una política monetaria cautelosa, buscando consolidar la estabilidad de precios sin ahogar completamente la incipiente recuperación. Es probable que se observe una reducción gradual de las tasas de interés, en línea con la desaceleración inflacionaria y con el objetivo de impulsar el crédito y la inversión.
Actividad Económica y Crecimiento 📈
La actividad económica comenzará a repuntar modestamente en la segunda mitad del año. Sectores como la agricultura, que se beneficia de condiciones climáticas favorables y precios internacionales estables, y la energía, impulsada por inversiones en Vaca Muerta, serán motores clave. El consumo interno, si bien aún contenido por el poder adquisitivo, podría mostrar una leve mejora a medida que la inflación cede y se estabiliza el empleo. La inversión privada podría empezar a dinamizarse, atraída por expectativas de mayor estabilidad macroeconómica y posibles reformas estructurales. Sin embargo, el crecimiento general será moderado y aún sujeto a factores externos e internos.
Sector Fiscal y Deuda 🏛️
El equilibrio fiscal seguirá siendo una prioridad para el gobierno. Se espera que continúe el esfuerzo por reducir el déficit primario a través de la contención del gasto y la mejora de la recaudación. Sin embargo, la presión social y las necesidades de inversión en infraestructura podrían generar tensiones. La gestión de la deuda pública, tanto interna como externa, será crucial. Es probable que se busquen renegociaciones o refinanciaciones para aliviar las presiones de pago y mejorar el perfil de vencimientos. La relación con organismos internacionales de crédito seguirá siendo fundamental para asegurar financiamiento y respaldo a las políticas económicas.
Comercio Exterior y Balanza de Pagos 🌍
La balanza comercial de Argentina probablemente mantendrá un superávit, impulsada por las exportaciones de productos agrícolas y energéticos. La liquidación de divisas del sector agroexportador, típicamente más fuerte en la segunda mitad del año, contribuirá a fortalecer las reservas del BCRA. Las importaciones, aunque en recuperación, crecerán a un ritmo más lento, reflejando aún la cautela en la demanda interna. La entrada de inversiones extranjeras directas podría empezar a mostrar un leve aumento, aunque seguirá siendo un desafío atraer flujos significativos en un contexto de incertidumbre global y regional.
Desafíos y Riesgos Persistentes ⚠️
A pesar de la perspectiva de recuperación, varios desafíos persistirán:
- Inflación residual: Aunque desacelerada, la inercia inflacionaria sigue siendo un riesgo.
- Volatilidad cambiaria: Las expectativas y flujos de capital pueden generar presiones sobre el tipo de cambio.
- Mercado laboral: La recuperación del empleo podría ser lenta, con persistencia de la informalidad.
- Contexto político: La estabilidad política y la capacidad de implementar reformas son cruciales.
- Contexto externo: Las variaciones en los precios de los commodities y las condiciones financieras globales pueden impactar la economía argentina.
En resumen, los próximos seis meses serán un período de transición y consolidación para la economía argentina, con expectativas de mejora gradual pero con la necesidad de una gestión macroeconómica prudente para sortear los desafíos persistentes.